El Barrio Abajo se llena de arte y color
El proyecto ‘Unión color’, organizado por la Secretaría de Cultura junto a la Asociación Ciudadanas de Colombia, pintó las casas de este barrio con motivos propios de la Región.
La línea que dividía los barrios Montecristo y Barrio Abajo era el arroyo La María. Por estos días, obreros con cascos para construcción –muchos de ellos chorreados de vinilo– pintan murales y paredes con colores vivos, propios de un lugar que quiere renacer.
Luego del proyecto de canalización del arroyo por parte del Distrito, los vecinos de las casas ubicadas entre la calle 46 y 48 habían tomado la decisión conjunta de pintar las casas de blanco, como cuenta María Ricardo desde su tienda ‘El Bambinazo’, en la esquina de la 46B.
Posteriormente, apareció el proyecto de la Secretaría de Cultura y Patrimonio en conjunto con la Asociación Ciudadanas de Colombia llamado ‘Unión Color’.
Se reunieron con los vecinos de estas casas para proponerles una paleta de colores vivos, que se ajustara a los colores del caribe.
“Antes que nada, necesitábamos la aprobación de la comunidad. Presentamos a los vecinos los antes de las casas y como podrían quedar luego de la intervención y ellos escogieron los colores y los ornamentos que se iban a recrear”, cuenta Lía Margarita Tapias, directora del proyecto Unión Color.
El secretario de Cultura y Patrimonio del distrito, Juan José Jaramillo, cuenta que lo que más le ha llenado de este proyecto ha sido el “trabajo comunitario, desde los mismos dueños de las casas. Lo más bonito de esto es que cuando llegamos la gente creía que era solo un tema de echar pintura por así decirlo pero al final se involucraron las familias, arreglamos cosas que no estaban dentro del proceso”.
Esto se ve reflejado en personas como Guillermo Paredes, quien le echa una mano de pintura a unas mecedoras viejas. “Para combinarlas, si ya nos están arreglando la fachada, hay que tener adentro bonito también”, dice su esposa, Nury García, quien está sentada en la puerta de su casa observándolo.
Otros como Ricardo Argote aprovechan la tarde para barrer la entrada de su casa. A su lado está el artista que se hace llamar ‘Kenort’, quien pinta en uno de los muros de la casa un concepto que describe como “un barco saliéndose de la tierra como queriendo llegar al mar con todas las casas encima haciendo alusión al patrimonio arquitectónico que tiene el barrio”.
Los diferentes colores saltan a los ojos de quien camina por este sector. Luís García, jefe de patrimonio de la Secretaría de cultura del distrito explica que, “queremos, por medio del color evidenciar esa tradición del barrio. Para mostrar la leyenda del Carnaval en el barrio no se necesita pintar una marimonda, pero si con el color generar un proceso de transformación urbana. La gente en un principio estaba recelosa, pero cuando se ven los resultados, la gente empieza a sentir el color de su casa como parte de su personalidad”.
Al seguir el recorrido por este pedazo renovado se ve a Meyra Noriega sentada en el bordillo de una casa de frente largo pintada en magenta y cian. En una de las paredes hay una trinitaria, resultado del proyecto de pintura que se hizo para los Carnavales pasados. Meyra es dueña de una tienda y cuenta que se le ocurrió un proyecto que busca “rescatar a niños del sector para que tengan el trabajo de sembrar las flores que están en las fachadas de las casas y así ayudarlos a ellos y tener el barrio más vistoso todavía”.
Incluido en este plan está un mural, ya terminado, que lee “Montecristo” en una pared purpura en letras neón en frente del parque de la 48, y otro que se hará en el puente que dirá “Barrio Abajo”.
El secretario de Cultura y Patrimonio del distrito contó que esta intervención en las casas “hace parte de un proyecto que tenemos en carpeta en el que se quiere que la Batalla de Flores finalice en esta área y que esto se vuelva un circuito festivo alrededor de esta gran fiesta”.
